Las simples cabañas (de ahí el nombre de la zona), muchas con las formas típicas de "barracas", van convirtiendose en viviendas unifamiliares, de estrecha fachada y mucha profundidad, normalmente de planta baja y piso y con un patio central para guardar los utensilios de pesca.
El lenguaje de estas edificaciones está influenciado por las obras cultas, de la clase dirigente, pero con unas matizaciones propias que lo convierten en una verdadera creación. Las características de ingenuidad y despreocupación culturalista y normativa, la pervivencia de una línea de tradición, el gusto por la ornamentación y por una cierta vistosidad, el cuidado de un trabajo artesanal y la falta de virtuosismos estéticos son los elementos del arte popular que se mantiene en estas edificaciones.
La influencia modernista incide normalmente en la ornamentación. Los azulejos que cubren totalmente las fachadas, costumbre tradicional del siglo XIX, adquieren diseños de una gran variación en cuanto a temas y, junto a motivos inéditos, se mezclan los típicos modernistas, tanto "Art Nouveau" como "Sezesión", y algunos historicismos.
Este tipo de modernismo popular se desarrolla principalmente alrededor de 1915-1920 y tiene una duración que va más allá del modernismo burgués.

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